La mona Jacinta
La mona Jacinta
se ha puesto una cinta.
Se peina, se peina,
y quiere ser reina.
Mas la pobre mona
no tiene corona.
Tiene una galera
de hoja de higuera.
Un loro bandido
le vende un vestido,
un manto de pluma
y un collar de espuma.
Al verse en la fuente,
dice alegremente:
—¡Qué mona preciosa,
parece una rosa!
Levanta un castillo
de un solo ladrillo,
rodeado de flores
y sapos cantores.
La mona cocina
con leche y harina,
prepara la sopa
y tiende la ropa.
Su marido mono
se sienta en el trono.
Sus hijas monitas
en cuatro sillitas.
¡Ay, no te rías
de sus monerías!
Manuelita vivía en Pehuajó
Pero un día se marchó
Nadie supo bien por qué
A París ella se fue
Un poquito caminando
Y otro poquitito a pie
Pero un día se marchó
Nadie supo bien por qué
A París ella se fue
Un poquito caminando
Y otro poquitito a pie
Manuelita, Manuelita
Manuelita dónde vas
Con tu traje de malaquita
Y tu paso tan audaz
Manuelita dónde vas
Con tu traje de malaquita
Y tu paso tan audaz
Manuelita una vez se enamoró
De un tortugo que pasó
Dijo: ¿qué podré yo hacer?
Vieja no me va a querer
En Europa y con paciencia
Me podrán embellecer
De un tortugo que pasó
Dijo: ¿qué podré yo hacer?
Vieja no me va a querer
En Europa y con paciencia
Me podrán embellecer
En la tintorería de París
La pintaron con barniz
La plancharon en francés
Del derecho y del revés
Le pusieron peluquita
Y botines en los pies
La pintaron con barniz
La plancharon en francés
Del derecho y del revés
Le pusieron peluquita
Y botines en los pies
Tantos años tardó en cruzar el mar
Que allí se volvió a arrugar
Y por eso regresó
Vieja como se marchó
A buscar a su tortugo
Que la espera en Pehuajó
Que allí se volvió a arrugar
Y por eso regresó
Vieja como se marchó
A buscar a su tortugo
Que la espera en Pehuajó
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